¿Cuántas veces les comenté a mis liderados, compañeros y colegas sobre las ventajas que da el conocimiento del Pliego de Licitación de una obra, sobretodo, si son obras públicas? Tuve la fortuna de servir para dos grandes empresas de construcción, a nivel latinoamericano y mundial, de capital brasileño, cuyos principales proyectos, eran de infraestructura pública de gran porte. Autopistas, hidroeléctricas, puertos, líneas de transporte masivo, de saneamiento, entre otras, forman parte de su amplio portafolio de trabajos realizados. En ambas inicié mi servicio, participando en el equipo multidisciplinario que preparaba las ofertas técnicas, y que integraban, junto con la oferta económica, la propuesta para ser entregada a la entidad licitante. Fue muy satisfactorio el hecho de que las propuestas presentadas, resultaron victoriosas, sin embargo, de esos triunfos y, por qué no, fracasos también, aprendí una lección que comparto con ustedes en este escrito.
Generalmente, al formar parte de un equipo o bien sea para liderarlo, ya sea para la preparación de una oferta para concursar, en la etapa de movilización e inicio del proyecto, en pleno desarrollo de alguna fase de la construcción, para el cierre o desmovilización, atención post entrega o posibles adendas, la abordamos con un determinado grado de desconocimiento, incomprensión y, por qué no, hasta de ignorancia de la obra y las actividades que nos han sido encomendadas. Confieso que viví eso muchas veces y, como mi ingreso a estas grandes constructoras fue para la elaboración de propuestas técnicas, todo mi trabajo giraba en torno a una base en común para todas las tareas que se precisaban realizar a fin de presentar la oferta técnica económica: el Pliego de Licitación. Por cierto, no sé por qué le dicen también Pliego de Cargos si con ese documento ni se acusa ni se le exige a nadie nada, es un Pliego de Licitación.
La elaboración de la oferta técnica tenía que hacerse al pie de la letra, tal como lo indicaba el Pliego. No hacerlo, podría incurrir en una descalificación por parte de la Comisión Evaluadora de las propuestas o por alguna impugnación de otro proponente ya que, las ofertas, se hacen públicas en el portal Panamá Compras (en el caso de una obra pública) para que todos puedan comentar al respecto. Ya que era tanta la insistencia en que debía hacerse “ad pedem literae”, pues me dije, vamos a leer el Pliego. A todo esto, nadie me dijo que lo leyera, fue por mi propia iniciativa para saber qué tenía que ejecutar y cómo presentarlo.
El Pliego de Licitaciones, en el caso de una obra pública, lo emite la institución licitante y lo cuelga en el portal Panamá Compras. En resumen, el Pliego consta de varias partes, las cuales son:
Las condiciones generales: En este capítulo del Pliego se encuentran disposiciones ordinarias de una licitación, según sea el tipo de acto público, tal como lo indica la Ley 22 del 27 de junio de 2006 y que regula la contratación pública, así como los actos jurídicos que lo modifican y reglamentan.
Las condiciones específicas: Generalmente, acompañan a las condiciones generales con instrucciones detalladas de cómo se debe presentar la oferta tanto técnica como económica, los criterios de evaluación, la forma como serán evaluadas las ofertas, los requerimientos generales del proyecto entre otros.
Las especificaciones técnicas: En este apartado se indican los requerimientos específicos de la obra.
Los formularios de presentación de la oferta: En este capítulo se presentan los formularios que deberán llenarse, en función de lo indicado en las condiciones específicas, los documentos administrativos del proponente, el monto de la oferta y demás solicitudes según los capítulos anteriores.
Anexos: Documentación gráfica o adicional que complementa el conocimiento de los capítulos anteriores.
La lectura analítica y detenida del pliego y sus adendas, me ayudó a tener un conocimiento amplio de las obras para las cuales participé en la elaboración de sus propuestas técnicas y económicas. Posteriormente, pasé del equipo de preparación de ofertas, al campo, a desempeñarme en la ejecución. Tengo que reconocer que el haber leído cabalmente el contenido del Pliego de Licitación, me permitió entender mejor los trabajos, que otros colegas que ingresaron a la obra posterior a mi entrada e, incluso, sobre quienes estaban antes que yo posicionados en el proyecto.
Es fundamental destacar que el Pliego de Licitación, es un documento con fuerza legal que permite, incluso, dirimir controversias durante la ejecución de una obra. Hay licitaciones en las cuales, expresamente, se señala esto e, inclusive, establecen un “orden de prelación” de la documentación en caso de discrepancias en su interpretación, dándole al Pliego, el primer lugar en este orden, siguiéndoles las Especificaciones Técnicas, el Contrato y la Oferta o Propuesta del Contratista (Tomado de un Pliego del Ministerio de Obras Públicas).
En GEODINAMICS, cuando se nos convoca para que hagamos una oferta por los servicios que ofrecemos, o bien vayamos a ejecutar un trabajo para éste, tratándose de una obra pública, generalmente acudimos al Pliego de Licitación para comprender mejor el alcance, lo se que necesita, lo que requiere la institución licitante y qué quieren los usuarios finales, entre otros puntos. Esto nos facilita la comunicación con el cliente, nos hace ser más precisos en su presentación sabiendo de antemano, que con nuestra propuesta, se satisfacen las expectativas.
Nuestro mejor consejo es que leamos los Pliegos de Licitación. Algunos son muy extensos y otros muy tediosos en su lectura. Hay algunos que son ambiguos y se detectan muchas contradicciones. Consideramos que la calidad de la elaboración de los Pliegos debe mejorar y no ceder ante las urgencias que implica llevar a cabo un programa de gobierno. Pero, al final, es el marco para la realización de una obra que no podemos soslayar y que nos ofrece grandes luces para la ejecución del trabajo de manera eficiente y profesional.
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