Durante la primera semana de noviembre de 2020, #Panama, en especial, la región de Tierras Altas entre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro, sufrió los embates del huracán #Eta, dejando gran cantidad de daños materiales, el desvío del cauce de sus ríos importantes y pérdidas humanas. Este texto forma parte de las recomendaciones generales que, como Ingenieros, proponemos para acometer los perjuicios causados por Eta (El rol de la ingeniería ante los desastres naturales: 4 acciones inmediatas). En este texto, abordaremos la propuesta de rehabilitación de los caminos de acceso que fueron afectados por las inundaciones y deslizamientos de taludes.
Los eventos de lluvias intensas en la primera semana de noviembre de 2020 no solo afectaron la rutina diaria de sus habitantes, muchos de los cuales, lo perdieron prácticamente todo con las inundaciones y deslizamientos de tierra. El río Chiriquí Viejo se desbordó, su cauce se alteró y, como consecuencia de los grandes volúmenes de agua que se infiltraron en el suelo, se derrumbaron taludes afectando la vialidad interna del sector así como la principal que lo comunica con el resto del país.
Es importante destacar que el área afectada es altamente productiva en cuanto a agroganadería. Aunque la pandemia ha afectado todas las actividades productivas a nivel nacional, esta región lideraba la producción agropecuaria y ganadera del país. Tomemos en cuenta que cerca del 40% de esta producción se produce en Chiriquí, el 30% de las empresas agroindustriales tienen su sede y el 15% de los productores agropecuarios se concentran en esta provincia. La provincia de Chiriquí es la tercera en importancia que aporta al PIB del país con casi un 6% (sector agropecuario y ganadero) siendo superada por Panamá (66%, producción de bienes y servicios) y Colón (18%, servicios portuarios). Por lo tanto, restablecer las comunicaciones con el resto del país, es prioritario.
Es por ello que proponemos, además del encauce de los ríos principales del sector y la reconstrucción de los taludes y pendientes, la rehabilitación de las vías de acceso para que se transporten los insumos necesarios para su reconstrucción y reactivar el tránsito de su producción al resto de las provincias, en especial, a la Ciudad de Panamá, la cual es altamente dependiente de ello, así como de los productos que son de exportación.
Consideramos que, si bien es un momento terrible para la economía nacional, en especial la del sector de Tierras Altas, no solo por el daño causado por Eta, sino por la afectación causada por la pandemia del #Covid-19, el momento no deja de ser propicio para hacer las adecuaciones que corresponden a la vialidad del sector para que sea cónsono con la vocación y tipo de terreno del sitio, es decir, adecuar las vías con las características de una carretera de montaña, cuyas características básicas son:
Pendientes transversales fuertes (+15%)
Alto riesgo de erosión
Inestabilidad climática
Contorno del terreno complicado
Pendiente longitudinal del alineamiento extremo
Caudales de sus ríos son intermitentes e intensos en los momentos críticos
Inseguridad vial
Por lo tanto, proponemos que, al rehabilitar las vías internas y de acceso al sitio afectado, siempre que se mantengan las condiciones de carretera de montaña, se considere lo siguiente:
Revisar los criterios de diseño convencionales en Panamá para que se adecúen a las condiciones de montaña del sector afectado, teniendo en cuenta seguridad, confort e impacto en el entorno. Reconsiderar las velocidades de diseño, pendientes longitudinales, transversales y anchos de vía.
Re-evaluación del tipo de tránsito, su intensidad, clase, peso y carga de los vehículos, considerar que la región es tanto agrícola, ganadera como turística. Revisar las especificaciones de la vialidad y verificar su compatibilidad con el tipo de actividad económica de la región.
Los drenajes, tanto transversales como longitudinales, deberán adecuarse al tipo e intensidad de la lluvia de la región, es decir, dimensionar estas estructuras en función de los datos de lluvia tomados históricamente en el sector y elaborar una curva de Intensidad-Duración-Frecuencia (IDF) propias. Considerar, en lo posible, las afectaciones o variaciones producidas por el cambio climático.
Determinar cuál podría ser el tipo de pavimento más idóneo para una carretera de montaña, por sus pendientes, escorrentía, tipo de tránsito, estructura de apoyo necesaria y demás consideraciones. El debate entre el asfalto y el hormigón.
Durante los meses de noviembre y diciembre, se han realizado labores de rescate, remoción de escombros y rehabilitación preliminar de las vías de acceso. Lo que procede, como parte de las tareas de reconstrucción, es la ejecución de proyectos formales para la reconstrucción de taludes y vialidades, con Pliegos de Licitación bien redactados en un proceso transparente y de comunicación abierta. Consideramos que lo anterior debe tomarse en cuenta para el restablecimiento de las comunicaciones viales de la región de Tierras Altas con el resto del país.
Queremos cerrar este texto, proponiendo algo que no es muy común en nuestro país y se trata de las rampas de escape, las cuales son vías paralelas, largas, longitudinales, paralelas al eje vial y que se construyen en tramos de descenso, para permitir a los vehículos que hayan sufrido desperfectos mecánicos, en especial con su sistema de frenado, o necesiten hacerse a un lado de la vía por una situación extrema, puedan desviarse a dicha rampa y que, por gravedad, puedan ir disminuyendo su velocidad hasta detenerse totalmente, de manera segura. El concepto se muestra en la imagen ilustrativa en el blog y podría adaptarse al espacio, pendientes y condiciones de las vías en Tierras Altas y toda aquella vialidad de importancia que tenga pendientes considerables. Esto se aplica mucho en otros países con bastante éxito y seguridad y sería interesante poderlo aplicar en Panamá.
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